¿Alguna vez te has preguntado el impacto que tiene tu forma de comer en el planeta? Actualmente todos somos conscientes de la importancia de comer sano y llevar una vida sana. Pero ¿sabes realmente si tu dieta es respetuosa con el planeta? Con pequeñas acciones podemos mejorar nuestra forma de consumir. Los beneficios de seguir una alimentación sostenible serán para ti, tu salud y tu economía.

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Así impacta tu alimentación en el planeta

Comunicación Corporativa

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13/09/2021

¿Alguna vez te has preguntado el impacto que tiene tu forma de comer en el planeta? Actualmente todos somos conscientes de la importancia de comer bien y llevar una vida sana. Pero ¿sabes realmente si tu dieta es respetuosa con el planeta? Con pequeñas acciones podemos mejorar nuestra forma de consumir. Los beneficios de seguir una alimentación sostenible serán para ti, tu salud y tu economía.

La alimentación en su conjunto es responsable del 26 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Estas emisiones se producen en toda la cadena de valor, desde la producción animal y vegetal (52% y 29% del total de los sistemas alimentarios, respectivamente), su procesado y empaquetado (9%) y el transporte y distribución (9%). Un tercio de estas emisiones corresponden a pérdidas y desperdicios alimentarios.

 

La alimentación sostenible

La alimentación sostenible está basada en un modelo de producción agrícola y ganadera que respeta la naturaleza y el bienestar animal. Tres son sus pilares más importantes:

  • Priorizar la compra de alimentos cultivados lo más cerca posible. El transporte de comida es un gran foco de contaminación.
  • Optar por frutas y verduras de temporada, lo que se traduce en menores costes energéticos.
  • Elegir productos ecológicos, sin plaguicidas ni fertilizantes, y por tanto respetuosos con el entorno.

 

Sus canales de distribución

Cada vez son más los supermercados que trabajan con productos de proximidad. Sin embargo, el tipo de consumo habitual en estos lugares no es el más beneficioso para el entorno. No te preocupes, existen más opciones. En primer lugar, puedes optar por los tradicionales mercados municipales. Seguro que en tu pueblo o barrio hay carnicerías, pescaderías o fruterías con producto local. Además, los productos que tiene suelen ser de la temporada que corresponde. Algunos de ellos incluso se han modernizado y ya venden online.

En segundo lugar, puedes optar por cooperativas de consumo ecológico. ¿En qué consisten? Personas que viven en un barrio o ciudad de agrupan para organizar sus compras sin intermediarios. Optan por alimentos agroecológicos y de proximidad manteniendo siempre una relación directa con los productores.

Por ultimo, están las tiendas de comercio justo. Pertenecen a un sistema comercial solidario, alternativo al convencional, que tiene como objetivo conseguir el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza. Aquí sí tienen cabida los productores que se encuentren en desventaja económica o marginados por el sistema.

 

Alimentación y agricultura

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) basa su visión de la alimentación sostenible en que los alimentos son nutritivos y accesibles para todos. Una vez puesta esta base los recursos naturales se gestionarán de tal forma que se preservarán las funciones de los ecosistemas para responder a las necesidades humanas del presente y el futuro.

Sus 5 principios fundamentales de sostenibilidad para la alimentación y la agricultura:

  • Aumentar la productividad, el empleo y el valor añadido en los sistemas de alimentación.
  • Proteger e impulsar los recursos naturales.
  • Mejorar los medios de subsistencia y fomentar el crecimiento económico sostenible.
  • Potenciar la resiliencia de las personas, las comunidades y los ecosistemas.
  • Adaptar la gobernanza a los nuevos retos.

 

Los 10 mandamientos de la OCU

La Organización de Consumidores y Usuarios establece 10 pautas a fácilmente aplicables en tu día a día.

  1. Dar más peso a los vegetales.
  2. Reducir la ingesta de carne y derivados cárnicos.
  3. Adquirir producto local siempre que sea posible.
  4. Respetar la temporalidad de los alimentos.
  5. Dar prioridad a los productos frescos sobre los procesados.
  6. Comprar solo lo justo para evitar desperdicios.
  7. Comer lo que necesitas, para no caer en los excesos calóricos y el consiguiente sobrepeso.
  8. Abrir la mente a nuevas opciones: otro tipo de verduras, pescados económicos de producción nacional…
  9. Apostar por los alimentos integrales mejor que por los refinados.
  10. Siempre que sea posible, beber agua del grifo en vez de embotellada.

 

Ahora que ya sabes lo necesario para cambiar tu forma de consumir, ¿te animas?

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